martes, 12 de mayo de 2009

Las mascotas, son más que perros.


En el planeta Angelum, un planeta lejano de la tierra, el cual se encuentra a 30 mil años luz de aquí y que para llegar debe atravesarse por un agujero de gusano que solo se abre cada 6 millones de años y que dura abierto, en tiempo terrestre 8 años, vivía una especie de criaturas cósmicas de impresionante belleza para los terrícolas, ya que eran muy parecidos a todos nosotros pero mucho más inteligentes, nobles, sinceros, sensibles y auténticos. Esa raza de criaturas son los angelums, si suena como ángeles, y en efecto, las historias de ángeles y lo que dicen los escritos religiosos y hasta de ficción, son eso, precisamente, criaturas del planeta angelum que llegaron a transformar nuestro mundo y que por alguna razón no desearon regresar a su planeta; esos angelums aún andan por aquí, luego de más de seis millones de años que llegaron, pero que tienen como característica la de que se reinventan y son capaces de renacer una y otra vez en donde ellos quieran. Si ellos conocen a alguna familia que no tiene la felicidad en su vida, llegan a ellos como los nuevos bebés alegrando su existencia y transformándoles la vida.

Ese es el caso de nuestros dos angelums de los cuales deseo hablarles, son dos porque juntos siempre han logrado mejores resultados. Uno de ellos, el primer angelum que llegó, observó en su ancianidad a un joven de nombre Ángel (quizá por ello se fijó en él) que tenía su alma atormentada por la soledad y el fastidio de no saber que hacer con su vida, así que Ache (su nombre en el planeta angelum se pronuncia algo así como Tkkhjiwwxx por eso lo dejamos simplemente en Ache) decidió reinventarse –no morir- para darle a esa alma atormentada un poco de alegría en su vida llegando como un bebé.

Ser bebé, era lo más tormentoso de reinventarse, porque eso de no poder moverse para alimentarse él mismo, o tener que hacer caca y pis en un pañal era realmente muy incómodo y vergonzoso, pero ni modo, los angelum sabían que solo eran unos cuantos meses y poco a poco irían cambiando su cuerpo hasta transformarse en las criaturas más poderosas del universo: seres humanos con conocimientos, con conciencia de sí mismos y de los demás y sobre todo, con el poder del amor. Principalmente con la paz de saber que ha hecho feliz a alguien estando a su lado. La segunda criatura que llegó fue R, que también tenía un nombre raro en su planeta de origen, que se pronuncia Rwhhqktx, por eso mejor solo le diremos Erre. Erre llegó para colmar de alegrías, es más la felicidad ya era completa en la vida de Ángel, así que Erre llegó a permitir que esa felicidad se desbordara y se derramara en mucha gente más.

Les voy a decir cómo era cada una de esas maravillosas criaturas y ustedes me dirán si esa característica es de Erre o de Ache.
· Hermosura extraordinaria
· Inteligencia sobresaliente
· Ternura explosiva
· Lágrimas constantes.

¿Le atinaron? Yo creo que sí, porque los dos angelums eran muy parecidos en esas caracteríaticas, los dos tenían esas cualidades, solo que uno de los dos era mayor que el otro angelum.

Llegar a la tierra y tener la bondad de apropiarse a Ángel, es una muestra de lo maravilloso que puede ser un angelum, pues tolerar a Ángel con sus gritos, con sus regaños, con sus imposiciones, con sus flojeras y con sus muchas otras características negativas, no es cosa fácil, sin embargo, Erre y Ache han sabido tolerar a esa su mascota (la palabra mascota, en el planeta angelum, se dice papá) sí, su mascota, porque fueron ellos quienes lo adoptaron. Y solían pensar de él que “aunque fuera tan necio, lo quieren mucho”. A papá solo le decían: “te quiero mucho”, de lo que recibían como respuesta a manera de broma, un “yo no” o “¿si? Pues mucho gusto” que siempre significó un “yo no solo te quiero, yo te amo y estoy dispuesto a dar toda mi vida y mi tiempo y mi alma y mi espíritu por ti, porque tú, hijo mío, eres lo más maravilloso que existe en mi vida.

Para mis angelums, Ache de Héctor y Erre de Renata, de su mascota, Papá.
Enero 2009