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| Renata Sofía |
Mi Renata Siempre sonriendo, ahora mostrando sus ventanitas chistositas, símbolo de que estás creciendo. Pero sonriendo, a pesar del mundo al revés en el que vivimos. Mi Renatita preciosa, mi hija bendita, mi corazón y mi energía… eres perfecta, eres sublime, eres hermosa y eres vida. Cuando naciste, tus alitas eran tan lindas, que no sabía si eran alitas de angelita o alitas de hada, aunque hay veces que he pensado en que son alitas de murciélago, ¡por lo latosita!, ¿verdad? Pero sin duda, si tú tuvieras alas de dragón, yo sería un dragón, o de mosca, yo sería una mosca, o hasta de avión y yo sería un avión, un avionsote, de esos grandototes. Pero resulta que no soy dragón, no soy mosca ni soy avión, tampoco murciélago; solo soy tu papá, tu pequeñititito papá que se mete en tu corazón y te hace cosquillitas para que te rías, para que sueñes, para que imagines, para que veas al mundo con tus ojos de amores, para que con esas cosquillitas en el corazón, acaricies con tus ojos tiernos a todo lo que miras.
Sueñas lindo y con ansias, deseas las alegrías y tu ejemplo me contagia, con tanto optimismo y tanto juego, con tanta lealtad y hasta olvido. Gracias Ángel mío, gracias Hadita bonita, gracias por tus lucecitas de colores, por tus polvitos de estrellas y sobre todo, por tu paciencia.
Hoy hace 7 años me transformé en una bestia de amores, en un monstruo de alegrías, en una máquina de sonrisas. Tu nacimiento fue mi renacer, como tu nombre lo indica; y el inicio del poder pensar para saber qué hacer, como también es tu nombre. Fui muy feliz y cada día lo soy más, gracias mi amorcita, gracias Renita, y decirte felicidades, es desear que seas feliz siempre, y a pesar de todo, pero feliz.
Sergio Ángel Guillén León
3 de diciembre de 2010
